Diagnóstico de la leucemia

Si sospechamos de leucemia, realizamos un recuento sanguíneo. Se extrae una muestra de sangre, y se realiza un recuento de células sanguíneas, para detectar un número anormal de un tipo celular, o si estas células son anormales. Además, se realizan pruebas de coagulación y química sanguínea. Se llevan a cabo pruebas para descartar otras enfermedades, que puedan provocar deformaciones o aumento de células sanguíneas. 

Para confirmar el diagnóstico, se realiza una extracción de líquido cefalorraquídeo, que rodea a la médula ósea, y se realiza una biopsia. 

También se realiza, en algunos casos, una biopsia del ganglio linfático. 

Para observar el alcance del tumor, si ha desarrollado metástasis en los órganos, se realizan pruebas diagnósticas de imagen, como una radiografía, una resonancia magnética, un TC (tomografía computarizada) o una ecografía. 

Si la leucemia aparece en la infancia, el diagnóstico precoz de complica, porque los primeros síntomas que aparecen son similares a otras enfermedades de la niñez.